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sábado, 9 de junio de 2012

Esperábamos mucho del año 1974, porque éramos un equipo con experiencia. No en vano ya habíamos competido en dos finales de campeonatos nacionales (Málaga, en 1972, y Zaragoza, en 1973). La fase local la terminamos imbatidos, y el segundo puesto fue para Carrera Sport. La fase provincial se jugó contra Rayo y La Merced, con los siguientes resultados: Rayo 13-Maristas 59, y La Merced 41-Maristas 88, Maristas 85-Rayo 22. El partido contra La Merced lo jugamos en un pabellón nuevo que casi se inauguraba, con su flamante parquet y sus canastas de cristal, colgadas... Al lector le parecerá esto un comentario absurdo, pero en aquella época era algo galáctico e inusual.   

En la Semana Santa de 1974, hubo dos momentos de interés. Se jugó una eliminatoria interprovincial, contra Escolapios de Granada. El partido de ida fue una exaltación de juego y puntos, con el resultado: Maristas 111- Escopalios 41. Y el partido de vuelta, en Granada, 47-69 a nuestro favor. José Luis Martínez anotó 34 puntos. Una máquina de encestar... Si jugase hoy, más de uno sabría lo que es bueno.

 En primer término, Mariano Molina; tras él y de
izquierda a derecha, desde la perspectiva del
que mira, Andrés Dolón, Vicente Navarro,
Pepe García-Bravo, y José Luis Martínez.

Del del 15 al 17 de abril, jugamos el II Trofeo Manuel Duelo, de nuevo organizado por Sánchez Pedreño (cartagenero residente en Barcelona). Lo ganó el Instituto Albéniz de Badalona, donde jugaban dos jugadores del Juventud de Badalona, y participaron en total ocho equipos (Elche CF, Bazán, Maristas...). La final fue entre el Instituto Albéniz y Maristas, con el resultado de 60 a 50. La final contra el Instituto Albéniz fue muy competida.

José Luis al tiro libre; Pepe García-Bravo al rebote, y al fondo Gaspar Martínez Olmos,
también al rebote
José Luis en el salto tras una 'lucha'. Vicente Navarro en la
cabeza de la zona, y Pepe García de espaldas. A veces hay
cambios absurdos de reglas (hoy esto se eliminó mucho más tarde),
esta situación, tras bloquear el balón dos jugadores adversarios,
permitía enfrentar a dos jugadores desiguales en altura... pero nunca
se sabía dónde saltaría la sorpresa. Si era el caso de Andrés
Dolón o José Luis Martínez, el balón ya era nuestro.


Nuestro equipo tenía un contraataque demoledor, fundamentalmente por tres razones: una buena velocidad de los aleros, un uso del espacio de apertura que desbordaba el balance defensivo, y un sentido intuitivo de los recursos técnicos para la finalización que parecía un repertorio de trucos de chistera. Por si era poco, al contraataque se le unían una natural habilidad en el último pase, y un trailer que hacía daño en la defensa menos precavida. 
Pencho Madrid en un medio gancho; José Luis al rebote, y
Pepe García también al rebote, más retrasado

 El Noticiero de Cartagena

 Los dos máximos encestadores del torneo, un jugador de
Badalona y José Luis Martínez. A la espalda de José Luis,
 con bigote, Godoy (entrenador de Bazán, equipo de categoría
senior). Con los papeles en la mano, Sánchez Pedreño,
organizador del trofeo


Vicente Navarro recibe un trofeo por la clasificación y otro también
para el equipo. Detrás de él, con corbata, Quesada, que fue
entrenador del FC Cartagena


Vicente Navarro firma un banderín a dos amigas. A la derecha,
Lola Méndez


Ya se iba acercando lo bueno, de nuevo: la final del Campeonato de España de 1974.

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