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domingo, 6 de mayo de 2012

Al equipo se le iba quedando pequeña la categoría infantil, por lo que, en la temporada 1972-1973, jugamos dos trofeos en los que se permitía algún refuerzo (Trofeo Marcelino Champagnat), o era de categoría juvenil (Trofeo Manuel Duelo). Esta iniciativa fue muy inteligente, porque aceleró nuestra mejora.

Arriba, de izquierda a derecha: Sánchez Pedreño (entrenador Colegio Hispania),
Mariano Molina, Vicente Navarro, Joaquín Juan Agüera (Quini), Álvaro Sánchez Monje,
1er. jugador Hispania, 2º jugador, 3er. jugador, 4º jugador, Andrés Dolón Payant,
Pepe Gadella (entrenador Colegio Maristas). Abajo, de izquierda a derecha:
Téte Suances, Andrés Bernal, Jorge Silgeström, José Luis Martínez (Alicantino), 6º jugador
Hispania, 7º jugador, 8º jugador, Pencho Madrid Flores. La indumentaria de Maristas era camiseta roja con borde blanco y pantalón también blanco. El lema sobre la camiseta se componía de letras de plástico, y estaban cosidas.

El cronista reconoce la dificultad de vencer a Maristas, y menos
aún en su cancha, o en los campeonatos en los que toma parte.
El Hermano marista Salvador Feliú entrega la medalla de ganadores del
Trofeo al capitán de Maristas (Vicente Navarro). El cronista "Pacovi"
(ver nota de prensa anterior) recoge que tuvo palabras de ánimo para
"las promesas del basket cartagenero"

Pero quizá el contacto con un baloncesto más exigente lo encontramos en el 1er. Torneo Manuel Duelo, de categoría juvenil. La diferencia de edad (estábamos aún en una categoría inferior) nos exigía mucho más. Participaron: Bazán, Gin-Jab, Hispania y Maristas. Este Torneo se hacía en homenaje a Manuel Duelo, quien hizo mucho por el baloncesto cartagenero.


 El Noticiero de Cartagena

La Verdad, junio de 1972

Y la final la jugamos contra el Colegio Hispania... como se esperaba, ganamos. El trofeo había sido donado por Cafetería Puerto Rico.

El Noticiero de Cartagena, junio de 1972

La final fue muy igualada, pero, por lo que se ve, sacamos el contraataque una vez más y nos distanciamos para ganar cómodamente. Recuerdo aquel contraataque, no solo era rápido (como se espera de esta acción) sino que había mucha creatividad en el uso del espacio colectivo y en los pases finales.

La Verdad, junio de 1972

1972 fue un año definitivo para entender que este equipo apuntaba a metas altas. Nosotros no acabábamos de darnos cuenta de esto, porque desconocíamos qué ocurriría al medirnos con equipos de cierto nivel en el baloncesto nacional. En la siguiente temporada tuvimos la oportunidad de comprobarlo.

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